Holoholo en Maui, Hawaii.

Hawai’i particularmente ha sido el destino al que más me ha costado llegar. 

 

Desde principios de 2020 tenía planeado ir a esta mística isla. No necesito explicar qué sucedió…

 

El trabajo en cocina puede llegar a ser bastante abrumador, llegan puntos donde el cuerpo y la mente piden a gritos un break. 

 

Tomé la decisión de parar y dedicarme tiempo. Fue así como una corazonada me llenó el cuerpo de ganas por ir a Hawai’i, por cumplir ese sueño que había puesto en pausa.

 

No lo pensé más y compré boletos a Maui. 

 

Maui. Qué lugar, magia y  energía…

Holoholo

Esta isla me regaló momentos de película, seres humanos espectaculares, reggae en road trips, playas magníficas,  mi primera vez intentando surfear (claro que me resbalé).

 

Fogatas en playas secretas, paseos nocturnos en moto, cielos estrellados, valles muy poderosos energéticamente, shakas, senderismos inolvidables, cultura Hawaiana, risas hasta llorar, tortugas en la playa, comida local deliciosa, mar y su imponente fuerza, relajación, círculo de tambores de los locales, arcoíris. 

 

Bailaba de felicidad solo por estar ahí, naturaleza, paz y mucho amor propio y sobre todo, Holoholo!

 

Así que hablaremos de mis momentos favoritos haciendo Holoholo en Maui.

holoholo

 

Por qué el Holoholo es tan importante para mí

Soy un poco rígida, debo admitirlo. 

En mis viajes, la vida y en mi profesión suelo tener checklists dónde planeo y organizo mi tiempo.

Al llegar a Maui noté que sin auto básicamente estás jodido. (No manejo por un accidente que tuve hace algunos años).

Tuve que olvidar mi itinerario y ver que se iba dando en el día a día.

Ahí es cuando conozco a un local y me explica sobre el concepto de Holoholo! 

Holoholo: Antigua palabra hawaiana que significa salir por placer, pasear, disfrutarse a sí mismo, sin rumbo o planeación, como se vaya dando…

Al decirme estas palabras entendí que así es como debía ser mi viaje a Hawai e incluso la vida misma. 

No es fácil para mí dejarme llevar, así que fue todo un reto, sobre todo no saber dónde iba a dormir al día siguiente.

Increíblemente las cosas se me iban dando, incluso mejor de lo que esperaba. El Holoholo en Maui me tenía expectante.

Así que hablaremos de mis momentos favoritos haciendo Holoholo en Maui.

Iao Valley

Holoholo

Deja sin palabras a sus visitantes.

Las vistas son dramáticas e hipnotizantes, el paisaje del mar desde las montañas es de postal, un antiguo volcán cubierto por exuberante vegetación, pero aún así lo que más cautiva del Iao Valley es su energía, penetra el alma, despierta los sentidos y recarga el corazón.

Puedes viajar en el tiempo… aprender, sentir y apreciar la historia de la cultura Polinesia. 

De lo especial que es Hawaii, su absoluta plenitud. 

Tomé un bus local y caminé por carretera durante un poco más de una hora, me encanta caminar, amo hacerlo sola, de hecho me encanta viajar sola, con el tiempo descubrí que yo soy mi travel partner favorita.

No había nadie más caminando pues todos suelen llegar en auto, no es un sitio caminable para nada, extrañamente tiene su encanto, en cuanto más me acercaba podía sentir la energía, la satisfacción de entrar a este poderoso valle.

Momentos reflexivos paseaban por mi mente, estaba en un estado de paz y agradecimiento ¡ah! y por supuesto mucho sudor…

Al llegar solo tomo un profundo respiro, el mundo se detiene por unos segundos y llega la hora de admirar, de maravillarme y sonreír.

Sin duda es un sitio que te roba el aliento…

Al llegar todo deja de importar, mis problemas, la vida en Nueva York, el futuro. Solo el presente, lo único que realmente cuenta, viviendo la vida así tal cual llega y ¿saben? vivir así es maravilloso, Holoholo puro.

Road to Hana

Holoholo

Los tours eran ridículamente caros y no tenía auto, la cosa se estaba complicando… sin contar que no soy para nada fan de esas excursiones donde todo es rápido y con mucha gente. 

 

Sin embargo, en mi hostel conocí dos chicas con las que armamos nuestro road trip.

 

Conducir, parar a ver cascadas, visitar cuevas secretas, admirar paisajes, el maravilloso e imponente océano, playas de arena negra, bosques de bambú, poderosa naturaleza y por supuesto negocios locales. 

 

Este paseo a Hana estuvo lleno de risas, conversaciones profundas y aprendizaje, también como dato curioso, no se toca la bocina, es grosero. La gente en Maui es muy relajada y cortés, tocar la bocina es perturbar el Holoholo.

 

No se rompe el Holoholo. 

Makai: Hacia el océano

Solo al estar en Hawai’i comprendes su relación con el océano, es preciosa.

Hawai’i. Ha: aliento de vida Wai: Agua ‘i: solidifica el concepto de la palabra

Makai, significa hacia el océano. Para la cultura Polinesia el océano es sagrado, llegaron en canoas a habitar Hawai’i, los guiaron sus dioses durante muchos años y así lograron llegar a estas islas en medio del pacifico, a esta ʻĀina  (tierra en Hawaiano) mágica.

Cuando llegas a Hawai’i hay una tradición de ir al mar y pedirle que te acepte, al partir también debes agradecerle la experiencia, es una muestra de respeto.

Entrar al mar con esas olas tan fuertes es todo un reto, que en lo personal me costó perder la parte de arriba de mi bikini por unos segundos, un señor lo rescató pero moría de la risa.

Me pareció muy lindo aprender sobre el océano desde su perspectiva, incluso quise intentar surfear. Aprendí que también hay normas de cortesía al surfear.

Un ambiente muy bonito, surfear es un momento contigo y con el mar, donde por suerte no puedes llevar tu teléfono. Una desconexión MARAVILLOSA.

Holoholo

Fogata en la playa bajo las estrellas

Era algo que siempre vi en películas y se dio de la nada. Fogata improvisada, playa, atardecer, vino, dip de hummus, fruta, música increíble y de repente…

 

Miré arriba y se podía apreciar el cielo más lindo que he visto, lleno de estrellas, nada de contaminación… quise tomar lo que yo llamo una “foto mental para el recuerdo”  son momentos de mi vida donde todo se detiene y a propósito “hago una foto” con mi mente y recordar ese momento para siempre. Sin contar que mi celular no podía capturar la belleza de aquel cielo estrellado, y ¿saben? No me importó.

 

Ahí estaba ¡viviéndolo!, un regalo divino del Holoholo y yo absolutamente anonadada.

 

Solo daba gracias, a la vida y a mí misma por llevarme a este sueño que tenía en pausa  llamado Hawai’i.

 

Y a los hawaianos por su Holoholo. 

 

Todo terminó por una clásica lluvia de Maui, a cántaros por unos cuantos minutos, todos estábamos debajo de una especie de manta impermeable la cual se llenó de agua y nos terminó empapando, cuando paró la lluvia henos ahí pegajosos y llenos de arena, se nos mojó la comida y la conciencia.

 

Fue muy divertido que también hubiese un poco de realidad en la película que estaba viviendo, no hay nada más hermoso que lo real.

Life on Mars

Holoholo

Suena life on mars de David Bowie, estoy en un auto (con amigos que hice recientemente) cantando, hablando y riendo en Marte, sí, en Marte… Un lugar con una misteriosa topografía marciana, está poblado de rocas terracota y torres de piedras.

 

Lo llaman el jardín de los dioses.

 

Escuchando música perfecta para el momento; Jazz, Blues, Rock, compartiendo anécdotas, hasta nos saltó una cabra y fue como si hubiese quedado congelada en el tiempo de lo impactante que fue, también con algunos momentos donde el silencio imperaba para apreciar la belleza del paisaje.

 

Hace frío, viento y el ambiente está perfecto, siento la energía del lugar atravesando mi cuerpo, a pesar de tener el pelo recogido el viento es tan fuerte que hace que me golpee la cara, el sol se intenta ocultar, siento la energía de este espectáculo de sitio.

 

Escena maravillosa y buena compañía.

 

El destino lo elegí yo, pero la aventura fue gracias al Holoholo.

 

Una vez más, sin planearlo terminé en otra isla y explorando tuve un momento épico.

 

Holoholo en Maui, aquella isla mágica y mística donde existe la flor ʻōhiʻa lehua, una planta muy fuerte, pues crece en áreas que han sido cubiertas por flujos de lava recientes, logra bloquear los gases volcánicos tóxicos que pueden ser arrastrados hacia las raíces.

 

De esta manera, esta planta ayuda a una forestación en la zona, creando vida. Es una bella metáfora sobre crecer en la adversidad y transformar un entorno hostil e infértil en vida.

 

De volcanes a selva, campos de piñas y cañas de azúcar, a lo que es hoy en día esta isla, Maui se ganó un espacio muy importante en mi ser. 

 

Aprecio y respeto su cultura y me siento muy feliz de haberme cumplido, de escucharme y de hacer que este viaje fuera bajo el concepto de Holoholo!

 

Mahalo nui Hawai’i

¡Importante!

Se debe usar protector solar con minerales naturales que no maten el ecosistema marino, se encuentran fácilmente y hay de todos los precios. Recuerden que siempre hay que respetar y cuidar los sitios que visitamos y a la madre tierra por supuesto.

 

Después de todo, la vida debería ser Holoholo, Aloha y Ohana. 

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